Un alimento por sí solo no tiene capacidad para engordar; habría que estudiar la dieta en su conjunto
Dejando a un lado la calidad de la grasa del cerdo, hay personas que evitan su consumo al pensar que aporta excesiva cantidad de grasa y, por tanto, de calorías. La realidad es que del cerdo se pueden obtener partes magras, como el solomillo y el centro de lomo, y partes muy grasas como el tocino, las chuletas y los derivados (embutidos). Además, no se puede afirmar que un alimento por sí solo tenga capacidad para engordar, puesto que hay que estudiar la dieta en su conjunto, así como analizar el consumo que hace cada persona de un alimento en concreto.
Cantidad
Para comprobar la cantidad de grasa y calorías que el cerdo aporta a la dieta, es preciso valorar la cantidad que se consume de dicho alimento. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, en su reciente documentoGuía de la Alimentación Saludable, establece por consenso junto con la comunidad sanitaria que la ración recomendable y saludable de carne sea de unos 125 g.
Sin embargo, los últimos datos del Panel de Consumo publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, reflejan que la ración media de carne por persona es de 140 g, superior a las recomendaciones. Por tanto, comer más de 125 g de carne de cerdo, u otras carnes, por ración no es recomendable. Supone un mayor aporte de grasa, colesterol y calorías al conjunto de la dieta diaria.
Frecuencia
Para no desequilibrar la dieta, también se debe contemplar con qué frecuencia, diaria o semanal, se consumen este tipo de carnes. Las recomendaciones contemplan un consumo de entre 3 y 4 veces por semana. Se aconseja alternar semanalmente la carne de cerdo con otras disponibles como la ternera, el pollo, el pavo o el conejo, con el fin de no abusar de un solo tipo.
Tipo de carne
En la carnicería, si se observan todas las partes del cerdo que se venden y todos los productos elaborados con su carne, se podrán comprobar las exageradas diferencias existentes en cuanto al contenido en grasa. La cantidad de grasa y, por tanto, de calorías que nos aporte este alimento dependerá de si escogemos las partes más magras, como el solomillo (5 g de grasa/ 100 g) y la cinta de lomo (8,8 g de grasa/ 100 g); u otras con un contenido sobresaliente de grasa como las costillas (24 g de grasa/ 100 g), las chuletas (15 g de grasa/ 100 g) y embutidos como el chorizo (30 g de grasa/ 100 g).
Las partes magras del cerdo contienen incluso menos grasa que un muslo de pollo con piel (13,5 g de grasa/ 100 g) o una paletilla de ternera (6 g de grasa/ 100 g). En este sentido, cabe destacar que la forma de elaborar el alimento afecta sobremanera al contenido en grasa y, en consecuencia, al valor energético total del plato final. Por ejemplo, las calorías del solomillo de cerdo apenas varían si éste se asa al horno, pero se duplican si se cocina relleno de bacón y uvas pasas.